Ley de la memoria histórica. "Se le supone"

No sé ahora como será, pero en mi época en la hoja de servicios de un militar se hacía constar, entre otras cosas, "EL VALOR".
En este apartado, se anotaba:
Se le supone: Se contesta por si mismo.
Acreditado: Si el individuo en cuestión, había tomado parte en una acción de combate.
Heroico: Si además de haber tomado parte en una acción de combate, su comportamiento entra dentro de este concepto.
Indudablemente "El Valor" es lo más importante que se le supone a un componente de las fuerzas armadas, sin él su actitud en el combate sería totalmente distinta. No podemos imaginarnos a un militar sin este grado de aptitud y utilidad porque, si fuera al contrario, sería un pusilánime y no tendría el espíritu que a todos se les exige.
A todo ello hay que añadir, el amor a la Patria y el compromiso que con esta se contrae cuando se jura bandera. Formulismo imprescindible para formar parte del contingente armado, claro que, si se es contrario al belicismo es imposible el ingreso en este estamento.
No sé por qué se tenía o se tiene que suponer "El Valor", ¿ni quién lo valora?, valga la redundancia, ya que normalmente va o ha ido asociado a un arrojo desmedido y poco meditado. Pocas veces la lógica, la razón o el entendimiento han dado héroes, en muchas ocasiones, a los que han empleado esa lógica, esa razón o ese entendimiento, se les ha tildado de cobardes.
Afortunadamente los tiempos cambian , ahora solo existen misiones de paz, lo que conlleva que la medalla militar o la laureada de san Fernando, que solo se entregaban o entregan a héroes que han intervenido en acciones de guerra difícilmente podrán obtenerlas.
Desde que el hombre es hombre siempre ha vivido bajo la espada de Damocles del estamento militar, por ser el brazo armado del poder constituido, en el que a veces, uno de sus componentes se alza en salvador de una causa ajena al mismo, y ahora se han cumplido setenta años desde que a un soldado que creyó ser el dueño omnipotente de la razón de todo un pueblo llevándolo a una guerra cruenta y fratricida, se le concedió, por ello, la afamada cruz laureada de san Fernando y todavía, que yo sepa, nadie ha osado borrar de su hoja de servicios tan preciado galardón.