Sorprendente, no puedo calificarlo de otra manera, hasta donde se puede llegar cuando se actúa por impulsos un tanto complicados; me explico:
Hace un día me encuentro que el cronista oficial, nombrado por aclamación política, ha desaparecido de los personajes ilustres relacionados en Wikipedia, también me encuentro que Pepe Barroso Muñoz, nacido en San Roque y artista de renombre, ha desaparecido igualmente.
Hoy me encuentro conque la lista ha engordado de manera alarmante, ahora todo el mundo puede ser ilustre en nuestra ciudad según el criterio particular de quien lo introduce en la mencionada relación de la enciclopedia de internet, pero en ella sigue sin aparecer Pepe Barroso Muñoz, y sin embargo si consta, José Barroso, artista no nacido en San Roque, aunque hijo adoptivo, como también lo es Rafael Caldelas López quien, por cierto, no aparece.
Ante este dislate, no me queda otra que preguntarme ¿Quién le ha dado potestad, a quién sea - no quiero ser mal pensado - para cambiar a su libre albedrío los personajes ilustres sanroqueños? porque, a este paso, habrá que guardar cola en el despacho oficial para que el que desee serlo, deberá esperar a que el cronista oficial de turno así lo disponga.
Curiosamente he entrado en la biografía del actual cronista oficial, por aclamación política, y, seguramente habrán omitido cuáles son sus cometidos, como funcionario o como cronista, porque aunque creo que hay una importante separación de estos cometidos, aquí se mezcla el entendimiento, al menos el mio, y sería muy importante que en su dilatada biografía lo expusiera, simplemente para evitar malos entendidos, sobre todo el de tener capacidad de estar informado de primera mano del entorno municipal, cosa de la que no gozamos el resto de los mortales, y exponerlo en ediciones particulares.
Hace un día me encuentro que el cronista oficial, nombrado por aclamación política, ha desaparecido de los personajes ilustres relacionados en Wikipedia, también me encuentro que Pepe Barroso Muñoz, nacido en San Roque y artista de renombre, ha desaparecido igualmente.
Hoy me encuentro conque la lista ha engordado de manera alarmante, ahora todo el mundo puede ser ilustre en nuestra ciudad según el criterio particular de quien lo introduce en la mencionada relación de la enciclopedia de internet, pero en ella sigue sin aparecer Pepe Barroso Muñoz, y sin embargo si consta, José Barroso, artista no nacido en San Roque, aunque hijo adoptivo, como también lo es Rafael Caldelas López quien, por cierto, no aparece.
Ante este dislate, no me queda otra que preguntarme ¿Quién le ha dado potestad, a quién sea - no quiero ser mal pensado - para cambiar a su libre albedrío los personajes ilustres sanroqueños? porque, a este paso, habrá que guardar cola en el despacho oficial para que el que desee serlo, deberá esperar a que el cronista oficial de turno así lo disponga.
Curiosamente he entrado en la biografía del actual cronista oficial, por aclamación política, y, seguramente habrán omitido cuáles son sus cometidos, como funcionario o como cronista, porque aunque creo que hay una importante separación de estos cometidos, aquí se mezcla el entendimiento, al menos el mio, y sería muy importante que en su dilatada biografía lo expusiera, simplemente para evitar malos entendidos, sobre todo el de tener capacidad de estar informado de primera mano del entorno municipal, cosa de la que no gozamos el resto de los mortales, y exponerlo en ediciones particulares.
Precisamente estoy buscando información sobre Rafael Caldelas López, porque desde la Diputación de Cádiz estamos llevando a cabo un estudio sobre los libros editados por su anterior Servicio de Publicaciones, el Instituto de Estudios Gaditanos, donde Caldelas tiene alguna edición, y sorprendentemente no encuentro nada acerca de su biografía. Si tienes datos, por favor, aportalos. Un abrazo.
ResponderEliminarIntentaré recabar los mismos en la medida de mis posibilidades, ya que, como podrás comprobar en Wikipedia, el Ilustre Cronista Oficial que tenemos, ni lo considera como antiguo cronista de la Ciudad. En fin, permíteme que me ahorre cualquier comentario. Un abrazo
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