lunes, 5 de octubre de 2009

Hay algunos que todavía aplauden


Andaba yo con calzón corto cuando se oía decir que una gran empresa había comprado a Manolo Vázquez, otrora yerno del "madrileño", parte de su cortijo y, en él, se iba a construir una refinería de petróleos.
Como consecuencia de lo apuntado, el camino que hasta entonces se utilizaba para ir andando hasta la desembocadura del arroyo de los gallegos, más conocido como río "cachón", en Puente Mayorga, quedaba cerrado por la construcción de esa fábrica.
Corría el año 1967, cuando la Compañía Española de Petróleos decide instalarse en la zona de Carteia, en la Bahía de Algeciras, para montar lo que hoy día conocemos como "Refinería Gibraltar" y hay que decir, que cambió su nombre y sede social, a requerimiento del Ayuntamiento de San Roque . Antes a esto, esta empresa la ubicaba en Algeciras, lo que suponía un dislate.
También lo hizo ese año en Huelva con la refinería "La Rábida"
Ni que decir tiene, que todo ello era una avanzadilla para la creación de puestos de trabajo ante el inminente cierre de la "Verja" de Gibraltar, con lo que contó con todos los parabienes de las autoridades del momento. Pero he aquí que, estos puestos de trabajo, en su gran mayoría, requerían un alto grado de especialización con lo que, se cubrieron con gente de fuera, fundamentalmente personal venído de Canarías, no obstante a ello, muchos campogibraltareños accedieron a un puesto de operario en la misma.
Los beneficios que la refinería ha aportado a la Comarca, en realidad son muy pocos, pues ha sacrificado el inmenso paraje natural que era la Bahía así como sus aledaños, quedando solo para uso industrial, así como la contaminación continuada, aunque la fábrica diga que contamina lo menos posible, pero la verdad es que tenemos el mayor índice de la Peninsula Ibérica de muerte por cáncer así como patologías alérgicas y, todavía estamos a la espera de que alguien competente haga un estudio de impacto medioambiental en la Comarca de la misma.
Al referirme a pocos beneficios, independientemente de las migajas que dan de ayuda al deporte comarcal y que los concejales responsables de los mismo adulan constantemente, y otros asuntos relacionados con la cultura ( no hay que olvidar que refinería se asienta sobre el Cortijo del Rocadillo , o lo que es lo mismo sobre Carteia , y debido a ello es imposible estudiar arqueológicamente todo los restos en su conjunto) que asimismo no dejan de ser migajas que, por cierto, al Concejal sanroqueño Juan Carlos Galindo, le parecerá que es maná ya que no para de elogiar a CEPSA y de dar continuamente las gracias por sus intervenciones en lo que sea.
No quiero ni recordar, que cuando la empresa petrolífera otorgaba sus medallas por antiguedad en la misma a sus empleados dando una fiesta en los alrededores de la piscina, la hacía extensible a las autoridades, estas por supuesto se sentían muy halagadas, se ponían sus mejores galas y agradecían sin límites el pantagruélico detalle con lo que, se olvidaban durante un año, hasta la siguiente, de que su obligación, como autoridad, era de luchar contra la contaminación. Y no quiero pensar mal.
Bueno, todo ello viene a cuento por eso, por la excesiva adulación que algunos concejales, de mi pueblo que, si quieren también es el suyo, en especial Galindo, tienen para con CEPSA, como si, en cierta manera, ni sin ella ni sin tí, podríamos progresar. De seguro que sí, y sobre todo, que es lo más principal, con salud, a la cual todavía CEPSA, que yo sepa, no ha aportado ninguna migaja.
Que bonito hubiese sido una historia distinta para la Bahía de Algeciras, quizá ahora seríamos un paraje turístico de primer orden a visitar y la envidia de medio mundo, pero no, la historia nos ha condenado irremediablemente y hay algunos que siguen aplaudiendo.



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