lunes, 26 de octubre de 2009

¿Imposición U.S.A?. Si, imposición U.S.A. Queramos o no queramos.


Lo recuerdo con nostalgia, sobre todo porque cuando iba a él, iba cogido de la mano de mi Madre y, otras, de la de mi prima Maricarmen que me daban seguridad. Con mi Madre nunca entre, ella no sobrepasaba la puerta, con mi prima sí.
En España, el acercarse a un cementerio, toda la vida de dios, ha dado respeto, miedo e incluso historias fantasiosas.
Recuerdo, como lo harán los que están cercano a mi edad o la han rebasado, que las gentes se acercaban al campo santo el día de vísperas o mucho antes, con escalera y balde lleno de cal recien apagada, para remozar y escamondar la fachada del nicho o sepultura en cuestión.
Ese día o el mismo de "Tosantos", se llevaban flores y se ponían primorosamente en jarrones, en pretiles al uso. ¿Supongo que en las gentes con cierta edad nada habrá cambiado?
Todo ello en una parafernalia adecuada a la epoca otoñal que en estas latitudes corresponde, vendiendose en la plaza de "Cuatro Vientos" - denominada así por no carecer nunca de corrientes de aíres que, aunque normalmente son de dirección Levante/Poniente, o viceversa, parece que estas acceden a ella, de forma continuada, por los cuatro puntos cardinales -, nueces, madroños, alchofaifas, castañas crudas y asadas, etc.
No se trataba de hacer una fiesta pagana o religiosa, solo se trataba de recordar, al menos, una vez al año, a los seres más queridos fallecidos ya que, por aquel entonces no existía la incineración con lo que, obligatoriamente, se debía dar, según la creencia cristiana, sepultura a estos.
Pero los norteamericanos, que son los mayores exportadores de costumbres, da igual de donde estas procedan, han hecho que en todo el mundo se adopten las que ellos tienen o rememoran incansablemente, año tras año. Será porque conviene a la globalización, sino no me lo explico.
Está bien que recordemos a nuestros fallecidos, sean familia o amigos de la manera que se nos apetezca y que no tenga que ser, por imposición tradicional, en una fecha determinada, pero ahora ya no se llama "Todos los Santos", ahora por imposición U.S.A., se llama Halloween.
Bueno, lo que es de agradecer a toda esta imposición, es que hayamos perdido el miedo a los muertos y sobre todo a los cementerios y que, desenfadadamente en ocasiones disfrazados, nos riamos de esta realidad que, inevitablemente, a todos nos llegará como es la muerte.
Con todo lo expuesto, quiero manifestar mi mayor rechazo a la adopción de tradiciones que nos son ajenas pues, si las nuestras no nos gustan con no celebrarlas nos basta, pero seguro, que en la celebración de Halloween, la demanda de calabaza será importante, la de disfraces también y seguro, seguro que lo que más se demandará será la Coca Cola.
A los que celebren Halloween que les vaya bonito y a los que no, también ¿por qué no?

3 comentarios:

  1. ¡Pa que tu veas Pepe, y nosotros no tenemos cojones de exportar la Semana Santa. ¿Tu te figuras a la magna en San Francisco con las cuesta que tiene también?

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  2. Es que es muy duro para cualquiera, Juan, te imaginas a un sanfranciscano cargando un Paso, en vez de latigazos se tomarían, cocacolazos y entonces ya no tendría gracia.
    Pero, oye, no es mala la idea, habrá que decirselo al Gran Manolo, por si cuela.
    Un abrazo

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  3. Halloween tiene su origen en una festividad céltica conocida como Samhain, que deriva de irlandés antiguo y significa fin del verano.2 Los antiguos britanos tenían una festividad similar conocida como Calan Gaeaf. En el Samhain se celebraba el final de la temporada de cosechas en la cultura celta3 y era considerada como el “Año Nuevo Celta”, que comenzaba con la estación oscura.4 5
    Los antiguos celtas creían que la línea que une a este mundo con el Otro Mundo se estrechaba con la llegada del Samhain, perminitendo a los espíritus (tanto benévolos como malévolos) pasar a través. Los ancestros familiares eran invitados y homenajeados mientras que los espíritus dañinos eran alejados. Se cree que el uso de trajes y máscaras se debe a la necesidad de ahuyentar a los espíritus malignos. Su propósito era adoptar la apariencia de un espíritu maligno para evitar ser dañado. En Escocia los espíritus fueron suplantados por hombres jóvenes vestidos de blanco con máscaras o la cara pintada de negro. 6 7
    El Samhain también era un momento para hacer balance de los suministros de alimentos y el ganado para prepararse para el invierno. Las hogueras también desempeñaron un papel importante en las festividades. Todos los otros fuegos se apagaba y en cada hogar se encendía una hoguera en la chimenea. Los huesos de los animales sacrificados se lanzaban a la hoguera. 8
    Otra práctica común era la adivinación, que a menudo implicaba el consumo de alimentos y bebidas.

    Cuando tuvo lugar la ocupación romana de los dominios celtas la festividad fue asimilada por estos. Aunque ya celebraban los últimos días de octubre y primeros de noviembre una festividad conocida como la "fiesta de la cosecha", en honor a Pomona (diosa de los árboles frutales), se mezclaron ambas tradiciones. Las manzanas eran muy populares y pronto formaron parte de las celebraciones.
    Cristianización de la festividad

    En una época en la que predominaban las festividades "paganas",9 los Papas Gregorio III (731–741) y Gregorio IV (827–844) intentaron suplantarla por una festividad cristiana (Día de Todos los Santos) que fue transladada del 13 de mayo al 1 de noviembre.

    La realidad real (si es que existe en algún sitio) es mucho más compleja de esa otra realidad en la que insistimos en querer creer. Y es que...vivimos en una sociedad de Ida y Vuelta...

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